Sobre creatividad
- holalorbayu
- 7 sept 2021
- 4 Min. de lectura

La creatividad es un pez de colores escurridizo. Si intentas atraparlo, se escurre entre tus dedos. Pero puedes aprender a vivir de un modo que el pez se acerque a ti cuando le generas confianza, nada alrededor tuyo, se acerca y te acaricia con sus aletas en las mejillas.
Al contrario de lo que el imaginario colectivo tiene en mente cuando habla de artistas, aquellos hombres del renacimiento en su torre de marfil, con problemas sociales, unos genios incomprendidos, la creatividad se presenta en diferentes formas, y no se parece demasiado a eso.
Para fomentar la creatividad no tienes que quedarte mirando el folio en blanco (llámese folio, lienzo, o cualquier material necesario en tu labor) esperando que el pez venga a por ti. Que el universo se alinee para tener una idea genial sobre la que poder construir algo que va a salir de tirón y va a ser tu obra maestra. La creatividad viene cuando estás preparado. Necesitas tener un almacén entero de experiencias, de conocimiento, de objetos, recuerdos, de los que tirar para poder crear algo. Piensa que ET no habría podido hacer el teléfono para llamar a su casa si en el garaje no hubieran tenido acumuladas un montón de cosas. Es algo parecido.
Necesitas estar formado técnicamente de manera que la conexión de la mano y el cerebro sea lo más fuerte posible, para que cuando tengas claro qué hacer, seas capaz de trasladarlo de la cabeza a la mano.

Necesitas tener todas las experiencias posibles, sentir, mucho. Necesitas viajar, leer, ver a otras personas creativas, socializar, ver películas, ver exposiciones, escuchar música, caminar, comer comidas tradicionales de otros países, hacer, crear cosas que nunca saldrán a la luz, tener una relación sana contigo mismo. Entender otras culturas, interesarte por tu herencia familiar. Necesitas tener un montón de referencias en la cabeza que te sirvan para hacer nexos entre unas cosas y otras.
Todo para que, una vez que encuentres qué te interesa, puedas trabajar sobre ello, sobre las conexiones que existen entre esto y otras cosas que ya se han hecho.
Ahora mismo, nadie inventa nada nuevo. No hay Leonardos que inventen cómo volar. Pero hay personas que inventan cómo volar mejor. Cómo con los mismos materiales crear otra cosa. Cómo con lo mismo, hacer algo distinto. Algo tuyo. Y es que, aunque ya esté hecho, siempre vas a darle una vuelta, vas a hacerlo de una manera diferente, vas a poner un poco de tí en lo que haces. Hacemos un remix del remix de lo que ya está hecho. Dejando un poco de nosotros en el camino.
Tienes que buscar a tu niño interior, aquel que creaba sin pretensiones, aquel que hacía y no pensaba en el “y si” o en el “pero”. Aquel que dibujaba a mano alzada y te describía lo que había hecho. Aquel que hacía y hacía hasta que salía bien. Tenemos la creencia de que la creatividad te azota un día mientras estabas viendo la lluvia caer por tu ventana y creas una obra maestra. Pero no es así. No se parece en nada. Si que puede azotarte mientras estás haciendo algo repetitivo que está en tu mente y haces de manera autónoma, con tu memoria muscular. Muchos creativos hablan de cómo se le ocurrió mientras estaban en el baño, o conduciendo, o corriendo. Pero no es algo que puedas esperar a que ocurra. Cuando esto pasa, es la meta de un maratón que ya han corrido haciendo una búsqueda exhaustiva de lo que quieren. Tienes la revelación de la idea, o de la solución, en un momento en que el cerebro está descansando, en el que estás haciendo algo automático. Pero no es un golpe de creatividad. Es la culminación de algo en lo que has estado trabajando. Que te ha obsesionado. Algo en lo que de verdad crees.
El ser humano crea por necesidad. Por la necesidad básica de cazar, crearon cuchillos. Por la necesidad básica de tener un techo y cobijo, crearon las casas. Cuando todas las necesidades básicas de la pirámide de Maslow fueron cubiertas, creamos por la belleza. Por el placer. Por el deleite visual. Por la necesidad de hacernos entender. Por la fijación de que quede algo de nosotros cuando ya no estemos en este mundo.
Creas para aportar algo al universo. Para hacer la vida más fácil a alguien. Creas para ser entendido.

Creo firmemente en que el ser humano es eminentemente creativo. Pero que la sociedad nos empuja a pensar que no lo somos. Entramos en un torbellino en el que la persona que intenta crear algo, no es aceptada. En la que la persona que quiere hacer las cosas de una manera diferente, se le tacha por salirse de las dos líneas que delimitan el carril de lo que socialmente está aceptado o bien y lo que no. De lo que debe interesarte y lo que no.
Pero…¿porqué debes doblegarte a repetir algo que ya está hecho, si tienes la certeza de poder hacer algo de otra manera?
CITAS:
David Lynch - Atrapa el pez dorado (2006)
Haruki Murakami - De qué hablo cuando hablo de escribir (2015)
¿Las escuelas matan la creatividad? - Charla TED de Sir Ken Robinson
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